Preguntando XVIII: Los mortales del país del sol (segunda parte)

Continuación y final de "Los mortales del país del sol"

Sucedía a veces que dentro de un pescado se encontrara un recuerdo atrapado en las vísceras del animal. Dichos casos eran tomados muy en serio y se interpretaba como una señal. Aún más en el caso de las gaviotas o pelícanos o cualquier otro animal que se alimentara de peces ya que si uno de esos sueños atrapados alcanzaba el cielo la señala era más poderosa, decían.

Los mortales, ahora, vivían de manera diferente. Y no era porque sus casas, edificios, mercados, templos y parlamentos estuvieran siempre flotando; sino porque eran perfectamente conscientes, sabían, que el fondo de las horas vividas estaba allá en el ancho mar donde el azul empezaba a ser más oscuro.

Los recuerdos siguieron cayendo y el fondo del mar se fue volviendo cada vez más intenso. Los afortunados que han llegado hasta aquel lugar del lejano mar, a lo más profundo, y aquellos que han podido regresar a sus pueblos y ciudades jamás encontraron ya las palabras adecuadas para evocar los recuerdos de los demás mortales. Sólo cantan y cuenta enigmas y bellas historias, que como las sirenas conducen a los mortales hasta sus propios recuerdos y secretos.

Los mortales necesitaban ahora más luz y fue por eso que el sol envió a la Luna para que iluminara el mar y a todos los mortales y para que de esta forma pudieran también recuperar aquellos recuerdos que podían serles útiles para un mañana.

A partir de aquel momento los sueños y los recuerdos estuvieron siempre al alcance de los hombres mortales y estrechamente vinculados al futuro. Desde entonces los mortales alternan su sol y su luna, se dedican a soñar y a olvidar sabiendo que todos los recuerdos se encuentran en el fondo del mar. Allí están y allí resplandecen reflejándose en las estrellas y en las noches de luna llena

Fin

No hay comentarios: