De la Piedra de la locura y Cuentos de invierno


Y de la siempre magnífica poesía de Alejandra Pizarnik:



Hasta que logró deslizarse fuera de mi sueño y entrar a mi cuarto, por la ventana, en complicidad con el viento de la medianoche.




Más en Poética, un espaci del Centro Virtual cervantes dedicado a esta poeta

Pocas palabras III

Los Haikus logran expresar maravillosas historias con ecos infinitos en muy pocas palabras haceindo honor al silencio desde hace milenios. De Matsuo Bashô, el siguiente: 





Cae del árbol
y derrama su agua
una camelia.




Pocas palabras II

Otro ejemplo de contar historias con pocas palabras y con un giro  ganado al lenguaje. POr E. E. Cummings:

silence

.is 

looking

bird:the

turn 
ing;edge, of 
life

(inquiry before snow

Pocas palabras I

El arte de la seducción comunicativa con pocas palabras se muestra de muchas maneras. Lo empezó la poesía y le siguió la imagen




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Las respuestas de Scarlatti

e interpreta John Williams.

Hoy contesta Scarlatti

e interpreta Andrés Segovia.

Coaching Mágico V

¿Por qué mágico?

Lo mágico es la manera de viajar por el país de los sueños y  de lo desconocido que nos influencia mucho más de lo que pensamos y muchas veces porque apenas le prestamos atención. El coaching mágico se caracteriza porque utiliza el simbolismo como herramienta de acercamiento y porque plantea una actitud mágica, sorprendida ante el misterio de la vida. Hay cuestiones que no podemos controlar, en las que un símbolo puede servirnos de más ayuda que miles de palabras, en las que es mejor que intervenga el inconsciente y no el consciente, en las que podemos confiar en lo desconocido, en las que los rituales mágicos pueden ayudarnos a enfocar nuestra energía, en las que podemos encontrar nuestra medida de las cosas escuchándonos y haciendo servir nuestra voz interior, nuestra intuición.  También porque  nos acerca a lo más profundo que hay en nosotros, no necesita de una persona que realice el papel del entrenador externo y porque nos contempla a cada uno de nosotros desde tres áreas muy interrelacionadas:

  1. el alma
  2. el espíritu
  3. el cuerpo

Para acercarse al alma, se sirve directamente de la simbología a través de cuentos tradicionales, de leyendas y de imágenes cargadas de valor simbólico.

Para tratar al espíritu, se sirve de la fuerza mental que cada uno posee y que desde hace siglos se practica en forma de ritual mágico.

Para tratar el cuerpo, se sirve de las aportaciones de muchos métodos como la fitoterapia, la cromoterapia  y la aromaterapia, etc. que trabajen una sensación o una zona determinada del cuerpo. 

Coaching Mágico IV

Si desarrollamos nuestro potencial y lo encauzamos para lograr hacer cosas que antes no éramos capaces de realizar, el periodo de entrenamiento habrá cumplido su objetivo. En el coaching no se enseña sino que se ayuda a aprender. De nada sirve que un entrenador, por ejemplo físico, llegue, nos dé una lección sobre los principios del golf y nos entregue unos palos. De nada sirve que hagan un pastel delante de mí sino me dejan ver y probar. Si soy un mal estudiante y tengo la suerte de que me paguen muchas clases de repaso y a pesar de ello no obtengo mejores notas, es que hay algo más que entorpece mi capacidad natural de aprender. Puedo hacer miles de dietas y nunca conseguir bajar de peso (si no hay ningún tipo de cuestión física que influya en ello) así que si quiero conseguirlo, las medidas han de ser otras. Los anteriores son ejemplos de situaciones en las que el coaching puede intervenir. 

IX Preguntando más

¿Pero cómo vivió el Doctor Jung esta experiencia? Como cualquier persona racional que cree que se está volviendo loca, obviamente. El miedo a volverse loco también le llegó a él como a muchas, muchísimas personas que he conocido. Esta sensación de una cierta locura que como un mar negro nos tragará es más común de lo que parece. Se trata muchas veces de la llamada del inconsciente, siempre poderosa.

¿A qué se debe? ¿Qué significa?  Quizás seamos una fuente de creatividad que no ha sido canalizada. Quizás nos ha llegado la hora de escuchar a nuestra alma que es la que se ahoga. Quizás estemos conectados con el destino de la humanidad. No es un fenómeno que resulte extraño a los animales. Se sabe que antes de un desastre los animales lo “presienten” y se comportan de manera diferente. Si los animales pueden estar cerca de este tipo de sensaciones de alarma que nos ponen en guardia frente a un hecho catastrófico es porque tienen la suerte de no repetirse mil veces que eso es una tontería o que lo lógico es otra cosa. Compartimos con ellos esta capacidad de defendernos si nos escuchamos. ¿Cómo  se sentía el Doctor Jung? ¿Cómo reaccionó? Nada mejor que observarlo desde su propia versión de los hechos:

“-A su tercera repetición, el sueño llegó a inquietarme en el más alto grado. Justamente preparaba una comunicación sobre la esquizofrenia para el congreso de Aberdeen y me decía: «¡Hablaré de mí mismo! Probablemente me volveré loco después de la lectura de la comunicación ... ». El congreso tenía lugar en julio de 1914: exactamente en el período en que en mis tres sueños me veía en los mares. El 31 de julio, inmediatamente después de mi conferencia, me enteré por los diarios de que la guerra acababa de estallar. ¡Por fin comprendía! Y cuando al día siguiente el barco me dejó en Holanda, no había nadie más feliz que yo pues sabía que no estaba loco. Ahora estoy seguro de que no me amenazaba ninguna esquizofrenia. Había comprendido que mis sueños y visiones procedían del subsuelo del inconsciente colectivo. Sólo tenía que trabajar para profundizar y dar validez a este descubrimiento. Y es a lo que me dedico desde hace casi cuarenta años...”[1]

 



[1] Extracto de El Vuelo Mágico, por Mircea Eliade 1ª Edición: "Rencontre avec Jung", en Combat, 9 de octubre de 1952

 

VIII Preguntando

¿Has tenido alguna vez un sueño muy real, tan real que cuando despiertas pasan unos terribles eternos  segundos durante los cuales no sabes dónde te encuentras ni qué estás haciendo? A veces el inconsciente nos envía mensajes tan poderosos y sufrimos tal impacto que nos cuesta volver al lado consciente. A algunas personas les sucede más a menudo que a otras. A unos pocos esto  les pasa sólo una vez en su vida. No se trata de magia ni de premoniciones extrañas. Se trata de un viaje a nuestro inconsciente. Un viaje que algunos hacen a pie, otros en tren, ciertos en avión supersónico y unos pocos en metro cada día varias veces. El regreso de un viaje de tales características se asemeja a  cuando volvemos de las vacaciones o de un fin de semana maravilloso y aún lo conservamos en nuestra cabeza, sin ganas de volver a nuestra cotidianeidad.

 Pero el inconsciente es mucho más poderoso que un fantástico fin de semana. A veces nuestro consciente se resiste a la información que nos llega y quedamos por unos segundos atrapados entre los dos. “Despierta, despierta”, sería que lo se estaría diciendo a sí mismo el Doctor Jung en el tren. Seguramente escrutaría el lugar en el que se encontraba, por si pudiera notar que alguien más en el vagón se hubiera dado cuenta de algo, de lo que fuera, de algo, simplemente de algo. Pero nada. ¡Sería una alucinación! ¡Un sueño más que analizar! Lo más extraño de todo esto es que tres meses más tarde y en el mismo túnel, Jung volvió a “quedarse dormido” y tuvo la misma, la mismísima “alucinación”. Entonces comenzó a preocuparse. Estaba convencido de haberse vuelto psicótico o esquizofrénico (en palabras de la época).


Un cuento largo: Grita III

A las tres o cuatro semanas, bueno, no había pasado mucho tiempo que Pablo me llamó para contarme que su madre le había presentado a un amigo especial. Manoli es bruja, es medio bruja, de eso estábamos y estamos seguros. ¿Cómo se había dado cuenta? Desde entonces cada cosa que decía y parecía que no tenía ningún sentido le prestábamos un poco más de atención, empezamos a hacerle caso y también de eso se dio cuenta, qué tía. Santi al principio recibió la noticia con indiferencia, como si no le contáramos nada nuevo. A lo mejor él también lo sabía, porque Pablo y yo nos dimos cuenta de que él también le hacía caso. Al final todos conocimos a Antonio porque se instaló en la casa. Al principio no nos caía mal  a Santi, a Manoli y a mí y a Pablo, ni hablar. Ahora después de todo lo que nos ha pasado hay que reconocer que Antonio es un puntazo, incluso Pablo lo admite. Por eso y otras razones no nos sorprendió del todo cuando Manoli nos contó que iba a clases de tarot y que era un secreto.

- No te vas a convertir en una de esas tías chaladas con velas y esas cosas, ¿verdad?- quien abría la boca era Pablo, Santi y yo nos la quedamos mirando y creo que pensábamos lo mismo y que además a Manoli le daba por cosas raras.

Ella se puso seria y contestó:

-          El tarot es un camino de conocimiento.

Ahí sí que nos dio por reír. Ella se iba poniendo más y más seria, más y más furiosa y nos desternillábamos.

-          Sois unos niñatos

Es que cuanto más hablaba nos daba más la risa, era una risa tonta de esas que se te pegan, miras a un lado y hay  alguien que no para de soltar carcajada tras carcajada y a ti te contagia, eso era lo que nos estaba pasando, como cuando bostezas, que te contagian. Pero la Gran Bruja no lo percibía con su sexto sentido. Parecía que estaba a punto de conjurar las fuerzas universales del mal cuando con una ceja levantada y una mano sobre la cintura, la mar de tranquila y extremadamente seria, mirándonos por turnos y en voz baja nos espetó

-          No tendría que haberos contado nada.

Y entonces, entonces sí nos dolió. Lo que quisiera, cualquiera de nosotros podía decir lo que quisiera, pero precisamente nosotros éramos entre nosotros en quienes podíamos confiar a toda prueba, podíamos contarnos cualquier cosa, lo que fuera, hasta lo más insospechado. Se nos cortó la risa. Nos miramos un poco aturdidos y por turnos nos confesamos:

- Tienes razón Manoli, perdona.

- Santi está en lo cierto, Manoli, perdona, tía, de verdad

- Lo siento- añadí yo.

- Os habéis pasado mucho, pero vale. Yo nunca me he reído así de ninguno de vuestros secretos.

Es verdad, Manoli, que perdona, de verdad, pero has de reconocer que el tema a veces puede confundir, que en general estas cosas, pues, que no parecen serias, ¿sabes? Nos dejamos llevar por la ignorancia, lo sentimos.

Santi hablaba por todos y además para eso era el mayor, en mayo cumpliría los diecisiete, ya tenía pensado lo que quería hacer con su vida y todo lo que era conocimiento era su campo porque decía que quería dedicarse a la filosofía. Pero ése era otro secreto.

Continuará... 

Un cuento largo: Grita II

Las patas se rompieron, claro, pero eso era lo de menos, la verdad. A las tantas de la mañana conseguimos subirlo en una colina en medio de un descampado. Pablo la había descubierto en la época que le había dado por patearse media ciudad y alrededores, cada vez que los padres se ponían a discutir él se las piraba por ahí. Un día me lo comentó y a mí me pareció genial. La verdad que la idea no estaba nada mal. Pero los demás que esto y que lo otro, ya se sabe. Manoli que la madre era tan maja y que estaba demasiado lejos para llevar el sofá y que además si llovía se iba a quedar todo echo un asco, Santi que opina de todo menos de las cosas que hay que hacer y yo que al final me quedé callado. Y pasó el tiempo. Lo de la lluvia era un punto que aninguno se nos había ocurrido. Total...  hasta que la madre de Pablo empezó que si unos bocadillos, que si zumo, que he hecho un pastel... un día nos trajo empanadillas y se puso a llorar. Manoli se fue con ella que para eso es una tía. Pero qué quieres que te diga. Al día siguiente llamamos a los demás por la tarde y quedamos. Alucinaron, alucinaron completamente. Además Pablo le había pillado unas cervezas a la madre. ¡Memorable!

Manoli tuvo que reconocer que la idea había más que buena, muy buena, vaya, excelente. Sin embargo lo de la lluvia podía ser un problema. Cuando acabamos de festejar nuestro nuevo Imperio, nos volvimos a pie por si pillábamos algo. No encontramos nada, pero esa fue otra buena. Pensándolo bien el sofá es lo único que se mantiene tal cual a pesar de que está más roto. Ahora en el terrado Manoli nos obliga más a limpiarlo, hay que ver qué manía tiene con la limpieza. En verano no hay problema porque acabamos mojándonos con la manguera y hay que ver qué cuerpazo se le está haciendo a Manoli. ¡Uf! No se mezclan las amistades y el amor, y menos con el sexo que sino... vaya lío, no, ni hablar. Además nosotros somos los mosqueteros y nada puede separarnos, la amistad ante todo.

-          No, estoy seguro que no se nota, no.

-          Tú porque eres tío, pero las mujeres tenemos un sexto sentido- eso, claro lo decía la señorita Manoli

El sexto sentido de Manoli nos ha salvado en más de una ocasión. Bueno, menos en la de Chisme. A pesar de aquella vez hay que reconocer que la tía es un lince. No le puedes esconder nada, ¿eh?

-          Pablo, tu madre está saliendo con alguien-

-          ¿Mi madre?

-          Sí, tu madre, no estoy hablando de la vecina del quinto.

-          No tengo ni idea de quién es la del quinto, ¿no ves que en este edificio nadie se saluda? Si lo sabes de sobra. – añadió Pablo

-          La gente pasa mogollón- agregué yo

-          Yo te digo eso, si no te interesa me lo dices clarito, no me interesa, pero a mí no me des tantas vueltas. ¿Te has dado cuenta o no?- ella insistía dale que te dale, porque Manoli cuando empieza con algo no lo deja hasta que lo tiene perfectamente clarito.

-          Si mi madre no tiene tiempo ni de respirar, qué va a tener un lío por ahi. Además, sólo hace seis meses que se ha separado.

-          Pero tu padre sí que está con otra y pronto vas a tener un hermanito.

-          Eso no tiene nada que ver

-          ¿Cómo que no tiene nada que ver?

-          Pues eso, nada que ver.

-          Así que tu padre puede irse con otra y

-          Manoli...- la corté, yo sabía que a Pablo aún no le gustaba mucho hablar del tema

-          Que Manoli ni Manoli, ya estamos con que me estás haciendo callar.

-          Corta el rollo, Manoli. Pablo la miraba fijamente a los ojos, la voz le temblaba un poco.

-          Vale, perdona- Manoli es una  tía legal

-          Mañana tengo examen de historia y quiero sacar nota. Nos vemos mañana- y me las piré. 

Un cuento largo: Grita I

Cuando voy por la calle parezco uno más. Nadie me mira, bueno, depende... pero básicamente, vaya... Santi dice que no se nota y yo me lo creo. Santi, Santi es mi mejor amigo y es un tío que sabe mucho, sabe... sabe mirar y decir lo que ve. ¿Yo? Yo doy más vueltas y a veces me quedo callado o me lo digo para adentro. Santi una vez me dijo que soy contemplativo, así nos conocimos. Me miró y lo soltó, porque él es así.

- Tú, tío, tú eres contemplativo
- ¿Y eso es bueno o malo?- reaccioné yo
- Depende.
- Vaya pegote que te acabas de dar, vas y me sales con esto de lo de contemplativo como si supieras que significa con la precisión de un relojero, me pones la etiqueta y después te quedas tan pancho porque en el fondo no tienes ni idea. ¿Qué, se te quedó la palabrita en la clase de filo o qué?

Ese día yo estaba enfadado, a punto de explotar y me la tomé con él y lo peor: que fue acabar de ametrallarle con la última palabra y me di cuenta, pero como estaba tan rabioso pensé que le den y no me importó.
- Por eso mismo depende de si me sueltas un rollo como éste o no. Si lo sueltas es malo.
Se levantó y se fue arrastrando las chanclas, a posta, marcando el ritmo lento de su manera de irse segura sin que yo le importara lo más mínimo, mientras yo le daba una patada al suelo. Y esa tarde me quedé allí solo, en nuestra colina mirando los trenes que a lo lejos salían y entraban a la estación, con unas ganas tremendas de irme lo más lejos posible, una sensación de fiebre que me iba creciendo a días y que no había nada que la rebajara.

Eso fue hace tiempo pero me hace cierta gracia recordarlo. En la colina ya no nos reunimos porque construyeron un bloque de pisos, pero la cambiamos por el terrado de Manoli. Lo que nos gusta es mirar desde lo alto, te da así como una perspectiva y un poco el aire, para qué negarlo. Hasta parece que la ciudad está a nuestros pies. Además allí nadie nos molesta, nadie a parte de nosotros sabe que el mismo sofá que nos encontramos hace años ha ido cambiando de salón. Primero fue el garaje del viejo de Pablo. Estábamos bien allí hasta que los padres se separaron. Bueno, allí no teníamos más vista que poster de no sé qué playa, era de su hermano, el que se fue y ya nunca más se ha vuelto a dejar ver. ¿Qué habrá sido del póster? Se lo tengo que preguntar a Pablo. Porque al final el garaje lo ocupó Antonio, el que está con su madre ahora, pero Antonio es un tío legal, no creo que lo haya tirado, ¿no? No, no, no creo.

 Nos quedamos con el garaje porque a la madre le tocó la casa o, mejor dicho, el padre le dejó todo. Lo que nos jorobó fue que la madre de Pablo le dio por eso de ser su amiga y cada dos por tres nos traía algo de beber o de comer y ya, qué quieres que te diga, ya no era lo mismo. Así que un día Pablo y yo pillamos el sofá y con dos cojones nos lo llevamos a cuestas a ratos y sentados otros, eso cuando la calle bajaba y uno empujaba y otro iba como un rajá.

El camino del sol

Estrada do sol cantada por dos grandes: Elis Regina y Gal Costa. Conjurando al sol para que salgo hoy.

Aguas de março

No es marzo, pero por aquí llueve mucho... una gran canción de la mano de una intérprete singular como Elis Regina, como siempre una de las maravillas de Tom Jobim

1, 2, 3... by Feist

Diapositivas: C

 

C

Lo que sí sabes a estas alturas es que eres el destinatario de estas diapositivas, y que no hay más porqué que un cúmulo de casualidades, como todo lo que simplemente sucede día a día . Sólo hay lugar para el secreto invisible, para el grito ártico albergado en la memoria de las ballenas. Ese lugar es intangible. Quedemos de acuerdo en que no hay razón ni nada,  a partir de entonces imagina. Sí hay un lugar que está en tu imaginación y en tu recuerdo. Imagina una diapositiva, oye el clic de la máquina que las hace rodar, imagina que las observas en soledad. Tú frente a la pared. Es de noche (o al menos en la habitación no hay más que un reflejo débil casi lunar). Tienes en tu mano izquierda el mando del proyector, las imágenes se detienen frente a ti el tiempo que quieras. Son sólo imágenes, acúñales los secretos que desees. O nada. Míralas a través de las frases de una dibujante sin colores, sí con palabras.

Diapositivas: B

B

De sin sentido a sentido, sin ton ni son me pregunto qué habrá en el Ártico que llama a las ballenas estación tras estación, año tras año, siglos.

No lo explican las coordenadas meteorológicas ni los científicos. Sólo ellas lo saben y  quizás Pinocho el tragado que no te contaría la verdad que  tal vez esperas.  Lo inexplicable pervive a través de su secreto ballenáceo, el que se siente animal y no se nombra.

Diapositivas: A

A

Desde el principio descubrí que escribir para un destinatario me ayuda a enfocar el trabajo de la escritura, a ponerle plazos que de otra manera se me eternizarían.

Simplemente es algo que funciona para mí, no para lo que cuento.

Lo que narro o describo es independiente incluso de mí misma, no necesita explicación ni derrotero más allá de su propio acto de materialización. No sé porqué escribo ni para qué. Ahora tampoco me interesa plantearme esta cuestión. No me interesa la publicación de cuanto desgrano y grano en cursivas, no. No sé si sirve de algo, ni tampoco cambia nada después de hacerlo, excepto un dulce sentimiento de felicidad. Para mí escribir es un vómito compulsivo de un dolor que intento transformar en formas bellas. Quizás una redención.

Yo que necesito coordenadas para sentirme no perdida, me sirvo del destinatario como eje de salvación, mi liana para llegar a un punto final.

Dedicar un esfuerzo de escritura también es hacer un regalo fuera de las fechas concebidas. No es tu cumpleaños, no es Navidad ni tu aniversario. Ten la bondad y humildad de aceptarlo. Quizás ni tan siquiera es un día común o extraño. Me despierto y me digo que te regalaré algo o que quizás en el fondo te haré entrega de lo que quiero quitarme de encima, tómalo como quieras, si eso te hace sentir la ilusión de ser más libre.

Coaching Mágico III

Coaching mágico

Una vez que quede bastante claro lo que implica el coaching, será fácil definir el título de más arriba: el coaching mágico. Todos estos apuntes te serán útiles para saber qué vamos a hacer a lo largo de las líneas que siguen, para que tú sepas si te puede servir o no, si te puede gustar o no. No nos extenderemos demasiado e intentaremos ser lo más claros posible.

Empecemos por definir brevemente en qué consiste el coaching. Se trata de un entrenamiento. La función principal de cualquier proceso de entrenamiento es ayudarnos a aprender, a adquirir un cierto tono, a observar nuestras flaquezas para que no vayan contra nosotros, a verificar nuestras capacidades para desarrollarlas a su máximo potencial. Este tipo de entrenamiento se basa mucho en la observación de uno mismo, en reconocernos y a partir de ello trabajar para llegar a un objetivo. No se trata de cambiarse pues ese tipo de proceso, si posible, requiere una terapia más profunda. Todos queremos mejorar y de ahí que hayan muchos instrumentos para lograrlo en nuestra actualidad. El coaching implica hacer aflorar el potencial de una persona, de forma que consiga hacer cosas que antes no era capaz de realizar y para las que está naturalmente dotada. El objetivo del coaching es elevar a una persona al máximo de su potencial, sin por ello disminuir en absoluto su  capacidad de seguir mejorando y su deseo de superarse.

Lo que diferencia al coaching es que establece unas metas a partir de las cuales se trabaja, contiene estructuras, procesos, herramientas de trabajo, instrumentos de medición para que sepamos dónde estamos y hacia donde vamos en cada momento.  Por ejemplo, pongamos que mi objetivo es preparar una cena muy especial. Hemos de identificar a quiénes invitamos, qué tipo de personas son y qué queremos lograr con esta cena. ¿Es una sorpresa para un buen amigo? ¿O quiero sorprender a mi familia? ¿Es un compromiso social? ¿Es acaso para anunciar algo importante? ¿Quiero reunirme con antiguos compañeros del colegio? Ahora bien, en una situación de coaching yo voy a un coacher porque no tengo ni idea de cocinar ni de preparar un evento de estas características y no estoy ni tan siquiera segura de querer hacerlo porque es muy probable que no me sienta capaz. Y es más, sólo la idea de hacerlo me bloquea por completo pues estoy convencida de que no lo haré bien. Un coacher no va a convencerte de que sí puedes hacerlo, sino que estudiará contigo tus posibilidades para encontrar junto a ti cómo puedes resolver dicha situación en la realidad de una manera práctica y la más fácil posible. Puede que descubras que hay una cocinera muy creativa en ti, o que eres una gestora de eventos, que lo tuyo es la decoración o que tienes una gran facilidad para lograr que la gente se sienta cómoda en un encuentro. De la situación de bloqueo inicial se pasa a una situación de posibilidades. Luego se estudia cuál de ellas resulta factible y cuál no.

Con el coaching tradicional nos empujaríamos a hacer una lista y a elegir la que se acomoda a nuestra necesidad o nuestro objetivo. Luego, se establece cómo se conseguirá una u otra manera mientras vamos marcando crucecitas en los deberes ya hechos. Y finalmente estaríamos en nuestra cena sin nervios y  de la manera en que queríamos hacerlo, tal vez.  De acuerdo, es un ejemplo que simplifica mucho, pero es bastante claro y cercano a quien nunca jamás haya oído esta palabra. La mayoría de las veces se necesita alguien que nos ayude tanto a identificar las metas como los medios para lograrlas. Un coaching deportivo  puede observar a un deportista y con su experiencia y buen hacer determinar las mejoras necesarias para que el saque o el lanzamiento o la brazada sea más veloz, efectivo, certero, etc. 

El coaching se caracteriza porque no da lecciones sino que escucha muy atentamente lo que la persona que consulta quiere hacer y simplemente le muestra con una serie de técnicas sus capacidades. Se pregunta mucho, se observa mucho y se van llegando a conclusiones y nuevas maneras de aprender a alcanzar lo que anhelamos o necesitamos (desde un saque mejor a tener más amigos, a ser uno mismo, a superar una situación concreta muy problemática, hablar en público, no tenerle miedo a salir de casa o a tener mejores relaciones de pareja, mejores relaciones con los hijos, comer menos o más, etc., etc.). Aprendemos competencias para obtener resultados, verificamos las creencias que influyen positiva y negativamente en nuestro proceso y que pueden influenciar sobre nuestro desempeño.

 

Cronopia busca

El señor Q contempló aquello. Pero aquello, ¿qué era? Tenía la calidez del sol y el brillo de las estrellas, sin ser ninguna de ellas. Más fuerte que un quantum con la quintaesencia   de un quídam, pero muy diferente aunque equivalente. Era pequeño, muy pequeño. ¿Y si fuera…? No! (aunque tenía sus dudas) . El señor Q miró, observó, escuchó, verificó, tocó y se alejó. Pero antes aquello escuchó de los labios del señor Q:

- Todo es química.

Pasaron los siglos y después del señor Q hubo muchos más hasta el señor Z, dedicado a zambullirse en los zipizapes de la ciencia.

Aquello resultó ser una pequeña cronopia extraviada que alguien dejara olvidada en un armario sin fecha precisa. El armario se hallaba en las dependencias desde hacía tanto tiempo que se había vuelto parte de una pared. Pero el señor Z que era un zahorí de la ciencia y pariente cercano del señor C, pudo así gracias a su propia zaga genealógica comprender a la cronopia.

-          De química nada sé, deberías preguntarlo a otro- zancionó con cierta zalamería con tal de zafarseel señor Z.

-          ¿Pero dónde?- preguntó la cronopia con sus grandes ojos

-          Yo empezaría por el zoológico-  sentenció con la seguridad que le era suya.

 

La pequeña cronopia apreció la idea digna de una zarzuela mas no de un hombre de ciencia. Sin embargo, como  tantas veces comprendió que era el momento de partir y se fue.

En su largo camino aprovechaba cualquier situación de confianza para charlar y intercalar la pregunta:

-¿Todo es química?

No se cansaba de preguntar pues estaba convencida de que una vez que la respuesta fuera la justa, el silencio sería el indicador más claro de que su vacío se había llenado por completo de un aire liberador de las cadenas de tal duda. Le preguntó al señor de un palacio quien le indicó que se dirigiera a las hormigas de Roma y ellas a coro vocearon el nombre de un tal Lucas. Con él no llegó a cruzarse, pero sí con muchos más hasta que un día descansando en un blanco lavabo de aeropuerto, a punto de quedarse dormida  oyó risillas. Miró a lo alto. ¡Era maravilloso! ¡Decenas, centenas de pompas de jabón! ¿Cómo no se le había ocurrido antes preguntarles a ellas? Sin mediar saludos y antes de que las pompas desaparecieran, a toda prisa preguntó:

-          ¿Todo es química?

Las pompas reían al compás de una música insonora y otras suspiraban, pero al unísono se interrumpieron y en eco contestaron:

-          Sip, sip, sip- mientras reían y afirmaban, desaparecían.

Pero hubo una gran pompa que llegaba oronda y con voz redonda y perfumada le susurró al oído:

-          Si, pero la  química sin la magia no acontece, sino ¿cómo explicas la fascinación de los niños por nosotras? Y nosotras  los necesitamos para existir.

La pólvora del silencio verdadero y profundo recorrió el  pequeño cuerpecito de la cronopia.  Ella entendió y buscó un lugarcito para descansar. Lo encontró en el agujero de rollo de papel higiénico olvidado en un pequeño armario de metal de aquel lavabo de aeropuerto internacional.

Canto de mujeres

En cada milímetro de mi piel
Hay una entrega
Que se ensancha
Para hacer el mundo más grande
Por eso sigo adelante

Y sigo
Más allá de los días
En los que el espejo
Es mi espía
Y atenta incendiario en mi mente
Con todo y cada día
Yo sigo adelante

Y sigo
Aunque oiga las voces
Que me juzgan y castigan
Para que olvide
Mis sueños y
Quien soy realmente
Pero yo sigo adelante

Y sigo
A solas
Olvidada
Exigida
Vilipendiada
Queriéndome
Y odiándome
Yo sigo adelante

Y sigo
Buscando soluciones donde no las haya
Encontrando caminos que fueron borrados
Con sed de mí
Saciándome de lo que no me llena
Aún así
Yo sigo adelante

Y sigo
Sin creer en mí
Aunque tenga razón
Sin escuchar mi voz
Que se ha vuelto ajada
Pero aún así
Yo sigo adelante

Y sigo
¿Sabes por qué?
Porque soy mujer
Y el secreto de la vida
Me ha elegido
Vivo henchida
De la leche que emanan mis pechos
Del elixir de mi sexo
Del perfume de mi boca
Y aunque me llamen loca
Yo sigo adelante

Y sigo
Cuidando de todos
Menos de mí
Siendo madre, amiga y compañera
De otras exigencias
Y ahora, ¿sabes qué te digo?
Que yo así
Ya no sigo

Mi marcha como mi destino
Es hacia delante
A la vida
Haciendo honor a todas las mujeres
De mi familia
De mis genes
De mi historia
De todos los seres

Porque ahora
Decido que yo sigo adelante
Y verás: hay una pequeña diferencia
Ya no estoy sola
Sigo conmigo
Acompañándome de mi mejor amiga
Mi madre, mi hermana, mi alma gemela
Todas soy yo
Mujer universal
Verdadera
Me amo
Con la misma fortaleza
Que antes he puesto en tantas cosas
Donde mi ser se fragmentaba
Ahora yo sigo adelante
De otra manera
Más recta
Más sublime
Más infinita
De la mano de mi alma
Mi alma
Mi alma

Yo sigo adelante
Con mis curvas exageradas
Con mi cuerpo cansado
Con mis medidas desproporcionadas
Con los momentos en que os dejo solos
Con los espacios en los que callo
Con mi amor
Que exijo que veas
Para que así sea
La única manera
En que vengas conmigo
Hacia delante
Porque yo
Yo sigo adelante

Menos ruido y más música



Interpreta: My Brightest Diamond

La cigarra invencible

Esopo nunca estuvo enamorado, no cometió ninguna locura y le faltaba fe. Todo ello le llevó a  escribir un cuento cruel como el de La cigarra y la hormiga. Pero la cigarra es invencible...





‘Inside a boy’, dirigido por el cordobés Rafael Toro que ha merecido el Corto de animación con Premio RTVA a la Creación Audiovisual Andaluza. Animacor 2008
La música es de  My brightest diamond 

¿Palabras buenas y malas? I : el vídeo

Y para quien quiera ver dicha intervención de Fontanarrosa, aquí el vídeo.

¿Palabras buenas y malas? I

El siguiente texto se corresponde con el discurso que Fontanarrosa dio en el III Congreso de la Lengua  durante una mesa redonda que se celebrara en Rosario en el año 2004. Su vigencia desafía al tiempo y viene a inscribirse en la valoración de quienes utilizamos las palabras, amándolas a todas. 

Roberto Fontanarrosa

La internacionalización del español

No sé que tiene que ver con lo de la internacionalización, que, aparte, ahora que pienso, ese título lo habrán puesto para decir que una persona que logra decir correctamente in-ter-na-cio-na-li-za-ción es capaz de ponerse en un escenario y hablar algo —porque es como un test que han hecho—.

Algo tendrá que ver el tema, éste, el de la malas palabras, por ejemplo, con éste, como el que decía el amigo Escribano (José Claudio Escribano), se nota que es tan polémica esta mesa que es la única a la que le han asignado «escribano» para que se controle todo lo que se dice en ella.

Creo que es un aporte real en cuanto al intercambio, me ha tocado vivir cuando he tenido que acompañar a la selección argentina a partidos (de fútbol) en Latinoamérica. El intercambio que hay en esos casos de este lenguaje es de una riqueza notable; es más, en Paraguay nos decían «come gatos» que es, estrictamente para los rosarinos, «un rosarinismo».

Un Congreso de la Lengua, es más que todo, para plantearse preguntas. Yo como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué?, ¿quién dice qué tienen las malas palabras?, ¿o es que acaso les pegan las malas palabras a las buenas?, ¿son malas porque son de mala calidad?, o sea que ¿cuando uno las pronuncia se deterioran? o ¿cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?

Obviamente, no se quién las define como malas palabras, tal vez sean como esos villanos de viejas películas como las que nosotros veíamos, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos.

Tal vez nosotros al marginarlas, las hemos derivado en palabras malas, lo que yo pienso es que brindan otros matices muchas de ellas. Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo, entonces, ¿hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunos incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.

El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada —no sé si está en el diccionario de dudas—, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede hacer referencia a algo que tiene pelotas que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza; está en la letra t. Analicémoslo —anoten las maestras—: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTUdo.

Otra cosa, hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa —esa es otra particularidad, porque todos los países tienen malas palabras pero se ve que las leyes de algunos países protegen y en otros no—, hay una palabra maravillosa, decía, que es carajo. Yo tendría que recurrir a mi amigo y conocedor, Arturo Pérez Reverte, conocedor en cuanto a la navegación, porque tengo entendido que el carajo era el lugar donde se colocaba el vigía, en lo alto de los mástiles de los barcos para divisar tierra o lo que fuere, entonces mandar a una persona al carajo era estrictamente eso, mandarlo ahí arriba.

Amigos mexicanos con los que estuve cenando anoche me estuvieron enseñando una cantidad de malas palabras mexicanas. Ahora que lo pienso creo que me estaban insultando porque se suscitó un problema con la cuenta a la hora de pagar. Me explicaban, que las islas Carajo son unas islas que están en el océano Indico.

En España, el carajillo es el café con coñac y acá apareció como mala palabra, al punto que se llega a los eufemismos se decía caracho es de una debilidad absoluta y de una hipocresía... ¿no?

A veces hay periódicos que ponen: «El senador fulano de tal envío a la M a su par…». La triste función de esos puntos suspensivos, realmente el papel absurdo que están haciendo ahí, merecería también una discusión acá, en el Congreso de la Lengua.

Voy a ir cerrando, hay otra palabra que quiero apuntar que creo es fundamental en el idioma castellano, que es la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes— porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, quita de posibilidades de expresiva.

Voy cerrando, después de este aporte medular que he hecho al lenguaje y al Congreso, lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría (no quiero hacer una teoría) es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje, que las vamos a necesitar.