La luna en Japón

¿Cómo sería escribir sobre la Luna en japonés? Perdería, tal vez, su redondez y se convertiría en una rayita pura y blanca. Se rodearía entre  estelas de estrellas que se apagan. La mediría con palillos. En verano me sentaría a la orilla de un río en kimono y en mi mano derecha, un farolillo. No la saludaría sino que me inclinaría ante ella. La espiaría en posición oriental.

Pero sobretodo debería mantenerme siempre despierta porque para contemplarla debería estar siempre esperando las horas de diferencia, aquí la vería de noche y allí cuando aquí fuera día. La honraría en algún templo y le encendería inciensos. La adornaría con guirnaldas de flores de cerezo. La dibujaría en un Manga y llegaría hasta ella entre congelados destellos.  Pero ante todo le pediría algo imposible como admirarla y recitar diminutos poemas no ya desde el Monte Fuji, sino desde un corcel blanco de la mano de mi gitano en lo más alto de la Giralda.

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