El gran atlas de las hadas III


Las hadas de Oceanía

En Oceanía viven las hadas abuelas de agua porque es el continente con más agua ¿Y qué tiene que ver esto? Está muy claro, las hadas de agua necesitan mucho mar, mucha lluvia, muchos ríos, muchos lagos y es aquí donde hay más agua que tierra o incluso que viento. Son ellas las que cuentan los secretos de las hadas y son ellas que deciden guardarlos en el viento, cuando tienen prisa o en el mar cuando tienen más tiempo.

Las hadas abuelas tiene el cabello de agua, tan largo, tan largo que sólo las estrellitas de mar en fila de cientos, una detrás de la otra, se lo pueden peinar pues ellas no llegan con sus brazos. Los días que hace viento la cabellera blanca de agua se enreda y se ven olas muy blancas y gigantes.

Estas hadas son muy antiguas, se dice que casi tanto como las hadas de los Polos. Cuando un hada de agua es abuela por primera vez su pelo se vuelve de un blanco casi transparente y empieza a crecer y crecer. Como ya guardan muchos secretos el nacimiento de un bebé es algo que quieren contar a los cuatro vientos y a los siete mares. Entonces se van de paseo por toda Oceanía. 

Allí se sienten como en casa, se sueltan el pelo, bailan con los peces, bailan con los caballitos de mar y las medusas, cantan con las ballenas las nanas para sus nietos, ríen y lloran de alegría y felicidad. Cuando están tristes les encanta llorar y llorar muy despacito para que los mares crezcan. 

Visitan las profundidades del mar para escuchar las arpas de las sirenas que acarician el silencio oscuro del fondo del mar. Sólo ellas pueden escuchar esta melodía.

Estas hadas cuidan de los niños como buenas abuelas. Se enteran de que hay un niño a quien deben ayudar porque todos los peces del mundo les cuentan sobre nosotros, lo que nos pasa y lo que nos hace felices o tristes. Y si un pez no puede observar lo que hacemos pide ayuda a los pájaros que andan cerca y son ellos entonces quienes les cuentan todo a los peces para que ellos puedan referirlo a estas hadas. Entre todos ellos nos cuidan.

Si eres un niño protegido por estas hadas, a ellas les encanta recibir regalos tanto como a las demás. Su regalo preferido son las canciones inventadas por los niños. Si la canción les gusta mucho, pueden viajar millones de quilómetros desde Oceanía hasta donde esté el niño con su canción para guiñarle un ojo. Se nota en seguida. Hay que fijarse en el agua porque cuando un hada abuela guiña un ojo, el agua brilla.

Cuando el largísimo pelo de una abuela hada del agua se enreda con un plástico, con una lata o con basura en la costa, el pelo se vuelve de color rojo porque duele. Cuando un hada de agua chilla y se queja las aguas tiemblan, se levanta un viento huracanado y se oye su gemido como zumbido que silba. Es mejor evitarlo porque es así como empiezan las grandes tormentas peligrosas. No siempre se puede desenredar la larga cabellera fácilmente aunque acudan todas las estrellitas de mar con peines de plata. Entonces los peces espada tienen que venir corriendo para cortarlo un poco y se queda los restos por allí flotando. Como son de color rojo, la gente los llama corales, pero tú y yo sabemos lo que son en realidad.

Secreto del viento
Cuando a un niño le gusta mojarse bajo la lluvia y cantar o tener los pies durante mucho rato en un río, un lago o el mar es que está protegido por estas hadas sin saberlo.

Secreto del mar
A lo niños que tienen miedo del agua es porque no quieren escuchar los secretos de las hadas abuelas. Nadie sabe el porqué. En realidad nada deberían temer pues las abuelas hadas del agua cuidarán de que no le suceda nada malo.

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