las lágrimas que caen y no vuelven
aunque se van porque duelen
buscan la felicidad cerca o lejos
total nadie las echa de menos
se marchan juntas en silencio
hasta los ríos y los mares
todas son únicas y dispares
pero no comparan sus pesos
las de Irak, de París o Buenos Aires
con sabor a sangre, llanura o desierto
se abrazan y reconocen
en un mismo pecado primigenio
se escapan y se esconden pocas
en las semillas de las sandías
o en las de las fresas
en las comisuras de las bocas
cuando se besan de pasión locas
otras y algunas buscan el rocío
o descansan hasta que cierre mal el grifo
ya ves, nos rodean o nos abrazan
nos inundan o amenazan
así que no hay motivo
para que te escondas
porque atenazan
son lágrimas
como las de Cristo
son lágrimas
Dios mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario