Sin gravedad

Buscaba mi estrella. Salté, salté desde la tierra al cielo, cada día, cada día por trescientos mil. Un día no me caí. Sino que salté hasta el fondo del Universo. En la ascensión súbita sentí una felicidad explosiva Y la alcancé. Un destello. Me agarré con la memoria de los tigres en su  presa Sin darme cuenta que era un reflejo, en realidad. Y desde entonces añoro saltar en la tierra aquí perdida en la perfecta ingravidad.

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