Coaching Mágico III

Coaching mágico

Una vez que quede bastante claro lo que implica el coaching, será fácil definir el título de más arriba: el coaching mágico. Todos estos apuntes te serán útiles para saber qué vamos a hacer a lo largo de las líneas que siguen, para que tú sepas si te puede servir o no, si te puede gustar o no. No nos extenderemos demasiado e intentaremos ser lo más claros posible.

Empecemos por definir brevemente en qué consiste el coaching. Se trata de un entrenamiento. La función principal de cualquier proceso de entrenamiento es ayudarnos a aprender, a adquirir un cierto tono, a observar nuestras flaquezas para que no vayan contra nosotros, a verificar nuestras capacidades para desarrollarlas a su máximo potencial. Este tipo de entrenamiento se basa mucho en la observación de uno mismo, en reconocernos y a partir de ello trabajar para llegar a un objetivo. No se trata de cambiarse pues ese tipo de proceso, si posible, requiere una terapia más profunda. Todos queremos mejorar y de ahí que hayan muchos instrumentos para lograrlo en nuestra actualidad. El coaching implica hacer aflorar el potencial de una persona, de forma que consiga hacer cosas que antes no era capaz de realizar y para las que está naturalmente dotada. El objetivo del coaching es elevar a una persona al máximo de su potencial, sin por ello disminuir en absoluto su  capacidad de seguir mejorando y su deseo de superarse.

Lo que diferencia al coaching es que establece unas metas a partir de las cuales se trabaja, contiene estructuras, procesos, herramientas de trabajo, instrumentos de medición para que sepamos dónde estamos y hacia donde vamos en cada momento.  Por ejemplo, pongamos que mi objetivo es preparar una cena muy especial. Hemos de identificar a quiénes invitamos, qué tipo de personas son y qué queremos lograr con esta cena. ¿Es una sorpresa para un buen amigo? ¿O quiero sorprender a mi familia? ¿Es un compromiso social? ¿Es acaso para anunciar algo importante? ¿Quiero reunirme con antiguos compañeros del colegio? Ahora bien, en una situación de coaching yo voy a un coacher porque no tengo ni idea de cocinar ni de preparar un evento de estas características y no estoy ni tan siquiera segura de querer hacerlo porque es muy probable que no me sienta capaz. Y es más, sólo la idea de hacerlo me bloquea por completo pues estoy convencida de que no lo haré bien. Un coacher no va a convencerte de que sí puedes hacerlo, sino que estudiará contigo tus posibilidades para encontrar junto a ti cómo puedes resolver dicha situación en la realidad de una manera práctica y la más fácil posible. Puede que descubras que hay una cocinera muy creativa en ti, o que eres una gestora de eventos, que lo tuyo es la decoración o que tienes una gran facilidad para lograr que la gente se sienta cómoda en un encuentro. De la situación de bloqueo inicial se pasa a una situación de posibilidades. Luego se estudia cuál de ellas resulta factible y cuál no.

Con el coaching tradicional nos empujaríamos a hacer una lista y a elegir la que se acomoda a nuestra necesidad o nuestro objetivo. Luego, se establece cómo se conseguirá una u otra manera mientras vamos marcando crucecitas en los deberes ya hechos. Y finalmente estaríamos en nuestra cena sin nervios y  de la manera en que queríamos hacerlo, tal vez.  De acuerdo, es un ejemplo que simplifica mucho, pero es bastante claro y cercano a quien nunca jamás haya oído esta palabra. La mayoría de las veces se necesita alguien que nos ayude tanto a identificar las metas como los medios para lograrlas. Un coaching deportivo  puede observar a un deportista y con su experiencia y buen hacer determinar las mejoras necesarias para que el saque o el lanzamiento o la brazada sea más veloz, efectivo, certero, etc. 

El coaching se caracteriza porque no da lecciones sino que escucha muy atentamente lo que la persona que consulta quiere hacer y simplemente le muestra con una serie de técnicas sus capacidades. Se pregunta mucho, se observa mucho y se van llegando a conclusiones y nuevas maneras de aprender a alcanzar lo que anhelamos o necesitamos (desde un saque mejor a tener más amigos, a ser uno mismo, a superar una situación concreta muy problemática, hablar en público, no tenerle miedo a salir de casa o a tener mejores relaciones de pareja, mejores relaciones con los hijos, comer menos o más, etc., etc.). Aprendemos competencias para obtener resultados, verificamos las creencias que influyen positiva y negativamente en nuestro proceso y que pueden influenciar sobre nuestro desempeño.

 

No hay comentarios: