IV De preguntas y de lo simbólico

¿Has jugado alguna vez a la asociación de palabras? A lo mejor lo llamas de otra manera, puede ser... Vamos a ponernos un ejemplo. Imagina el color rojo. Rojo. Rojo, rojo. Cierras los ojos y ves una gran pantalla llena de rojo, rojo vivo, rojo carmín. ¿Qué es lo que te viene inmediatamente a la cabeza?  Quizás... ¡Sangre! Y si piensas en la sangre, ¿con qué la asociarías? Sangre... Rojo, sangre... ¡Herida!  Seguimos con ataque y la encadenamos con guerra y luego agregamos paz, para pasar a blanco, paloma de la paz, cagadas de palomas, fétido, nauseabundo, limpieza, detergente... Y así podríamos continuar con nuestra cadena de palabras en la cual cada eslabón conlleva al siguiente. Las relaciones pueden ser de lo más variadas. Es mejor hacerlo entre dos personas, pero es perfectamente plausible desarrollar una cadena de asociaciones por uno mismo. Yo lo haré ahora mismo:

Rojo, sangre, herida, accidente, hospital, blanco, frío, nieve, polo norte, Papá Noel, niños, alegría, confetis, champán, burbujas, pez, mar, sol, playa, tiempo....

Podría continuar hasta que me dé la gana. La gracia luego estaría en encontrar las relaciones entre los diferentes eslabones de la cadena, o entre el primero y el último. ¿Cómo se relacionan rojo y tiempo? Este tipo de preguntas y respuestas suele ser muy productivo. Los surrealistas ya utilizaban esta técnica para dejar la puerta abierta a los actos creativos. Hoy en día se utiliza muy a menudo en el mundo empresarial cada vez que se empieza a desarrollar una idea, es una técnica muy asumida y difundida. Puede servirnos cada vez que estamos bloqueados, por ejemplo. A veces no sé qué me pasa. Entonces acudo a mi inconsciente. Respiro, me relajo y formulo la pregunta: ¿qué me está pasando? Entonces acude una imagen o una palabra. Yo la sigo como si se tratara de un ovillo que puedo deshilvanar hasta que doy con algo. Simplemente lo sé, he dado con algo sustancioso. Puede que no sea ni mucho menos una solución, pero se trata de algo que tiene una cierta importancia porque simplemente lo sé, lo siento. Es algo a partir de lo cual sigo divagando en cadenas que se cruzan y se mezclan hasta que cobra un mayor sentido, un sentido que me resulta único. A veces puedo llegar a aflojar algunos nudos, otras invento fábulas; siempre se trata de un ejercicio interesante.

No hay comentarios: