VIII Preguntando

¿Has tenido alguna vez un sueño muy real, tan real que cuando despiertas pasan unos terribles eternos  segundos durante los cuales no sabes dónde te encuentras ni qué estás haciendo? A veces el inconsciente nos envía mensajes tan poderosos y sufrimos tal impacto que nos cuesta volver al lado consciente. A algunas personas les sucede más a menudo que a otras. A unos pocos esto  les pasa sólo una vez en su vida. No se trata de magia ni de premoniciones extrañas. Se trata de un viaje a nuestro inconsciente. Un viaje que algunos hacen a pie, otros en tren, ciertos en avión supersónico y unos pocos en metro cada día varias veces. El regreso de un viaje de tales características se asemeja a  cuando volvemos de las vacaciones o de un fin de semana maravilloso y aún lo conservamos en nuestra cabeza, sin ganas de volver a nuestra cotidianeidad.

 Pero el inconsciente es mucho más poderoso que un fantástico fin de semana. A veces nuestro consciente se resiste a la información que nos llega y quedamos por unos segundos atrapados entre los dos. “Despierta, despierta”, sería que lo se estaría diciendo a sí mismo el Doctor Jung en el tren. Seguramente escrutaría el lugar en el que se encontraba, por si pudiera notar que alguien más en el vagón se hubiera dado cuenta de algo, de lo que fuera, de algo, simplemente de algo. Pero nada. ¡Sería una alucinación! ¡Un sueño más que analizar! Lo más extraño de todo esto es que tres meses más tarde y en el mismo túnel, Jung volvió a “quedarse dormido” y tuvo la misma, la mismísima “alucinación”. Entonces comenzó a preocuparse. Estaba convencido de haberse vuelto psicótico o esquizofrénico (en palabras de la época).


No hay comentarios: