Volver a tropezar con la misma piedra

La diosa Fortuna y su corte han sobrevivido a lo largo de los siglos. Pero tropezar con la misma piedra no es cuestión de pura suerte o pura mala suerte. Estaremos de acuerdo que cuando nos encontramos una vez más con aquel error o aquello que nos molesta es algo que puede hacer que nos sintamos doblemente heridos.

Es como si fuéramos los capitanes de un barco. Una vez nos tropezamos con un iceberg. Estudiamos, nos preparamos, calculamos y al cabo de cierto tiempo, de repente, desde cubierta nos damos cuenta que vamos a volver a tropezar con un iceberg otra vez. O quizás nos damos cuenta cuando ya estamos en el bote salvavidas. O cuando estemos ahogándonos con el agua al cuello... Entonces llega aquel segunddo fatal en el que miramos hacia atrás y vemos que estamos en el mismo lugar después de andar mucho y que nuestras esperanzas y nuestras mejores intenciones de haber superado y aprendido sobre una situación, todas nuestras expectativas de haberlo hecho mejor se diluyen. Puede pasar. ¿Por qué? Esto va a exigirnos mucho tiempo y unas cuantas entregas del blog. Comencemos por observar un poco mejor la situación.

Es precisamente en este tipo de circunstancias donde es más necesario aunar razón y emoción. Cuando tropezamos con la misma piedra se impone la emoción, es lo natural y lo que debe suceder si pertenecemos al género humano y no al robótico. ¿Y qué tenemos frente a nosotros? Nos encontramos frente a un momento que descansa sobre el lecho de unas aguas en movimiento, ya contamos con la primera imagen de su inestabilidad. Nuestro camino firme y de tierra se ha convertido en esas aguas indeterminadas sobre las que navegamos. Desde este aspecto la imagen general podría acercarse mucho a la de la pelota de la diosa Fortuna o Tiké que mencionáramos en la entrega anterior. Por una parte nos sentimos presos de accidentes que no podemos controlar; por otra parte nos sentimos completamente inestables además de emocionales. Y aquí hay para todos los gustos: hay quién se creerá inútil, hay quien se sentirá completamente fracasado, hay quien se sentirá perseguido por algún tipo de persona o circunstancia, hay quien culpará a otra persona, hay quien se culpará a sí mismo, etc., etc.. La cuestión es que estamos bastante molestos, atemorizados y queremos darle una patada a la piedra o engullirla.

El transcurrir de la vida y nuestras emociones son la base que sostiene nuestros ciclos. Pero hay más en este cóctel en el que nos encontramos “on the rocks”.

No hay comentarios: