Cosas que pasan

En la mesilla de noche tengo un par de libros, de dual lectura; unos pendientes perdidos; el móvil descargado, recuerdos de donde vengo y una ballena en un vaso de agua. Ambas confiamos encontrar otros mares, ambas nos encerramos y nos ahogamos, ambas nos cansamos por la falta de espacio y no vemos más salidas... Quizás deberíamos ser pájaros.

Cuando nos despertamos lo primero que vemos es a la otra y a nosotras y entonces soñamos con otros cielos y estrellas, con mariposas y gatos. Yo doy vueltas en la cama y ella, en su vaso. Nos sumergimos en la oscuridad de nuestros ojos cerrados y así nos encontramos en paz desafiando terremotos pasados. Ya no dejamos que nadie nos vea pues suelen juzgarnos otros tantos pájaros enjaulados y ciervos cazados.

Hasta que un día, de repente, suceden terribles tormentas y nos encontramos todos: pájaros, mariposas, ballenas, ciervos, humanos y gatos sin saber nadar en busca de orillas seguras donde afincarnos, pasmados ante las estrellas como si nuestra vida se fuera con ellas.

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