Los cuentos del destino 32

El mundo que heredamos de la Emperatriz es como un gran jardín, es hermoso, lleno de vida, flores, pájaros exóticos, colores, en un constante embarazo. Luego llega el Emperador con su orden, con las palabras, con todo un sistema de valores. Eso es lo que relata el cuento. El orden del Emperador no es de cualquier tipo. 

En realidad esta pareja de Grandes Reyes que son la Emperatriz y el Emperador se complementan como dos socios de una gran empresa en la que uno se dedica a la creación y procreación de los proyectos e ideas y el otro se ocupa de que todas esas maravillosas ideas se conviertan en algo concreto. Son muy diferentes el uno del otro, pero no olvidemos que se complementan. 

A veces se encuentran Emperadores como los del cuento antes de que la estrella intervenga. Podemos en alguna ocasión  de nuestras vidas adoptar ese tipo de actitudes frente a la necesidad de organización hasta que conectamos con nuestra estrella y surge el nuevo orden a partir de algo que siempre había estado allí de alguna manera, tal como acontece en el relato. Un orden pacífico y que dé lugar a un gran desarrollo no es algo instantáneo ni sencillo. Las etapas por las que podemos pasar son las mismas que se cuentan aquí con todos aquellos  pretendientes al trono. ¿Pero quién pondría en orden aquel reino manteniendo su alegría y su espontaneidad? ¿Tú podrías hacerlo? ¿Cómo?

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