De la Piedra de la locura y Cuentos de invierno


Y de la siempre magnífica poesía de Alejandra Pizarnik:



Hasta que logró deslizarse fuera de mi sueño y entrar a mi cuarto, por la ventana, en complicidad con el viento de la medianoche.




Más en Poética, un espaci del Centro Virtual cervantes dedicado a esta poeta

Pocas palabras III

Los Haikus logran expresar maravillosas historias con ecos infinitos en muy pocas palabras haceindo honor al silencio desde hace milenios. De Matsuo Bashô, el siguiente: 





Cae del árbol
y derrama su agua
una camelia.




Pocas palabras II

Otro ejemplo de contar historias con pocas palabras y con un giro  ganado al lenguaje. POr E. E. Cummings:

silence

.is 

looking

bird:the

turn 
ing;edge, of 
life

(inquiry before snow

Pocas palabras I

El arte de la seducción comunicativa con pocas palabras se muestra de muchas maneras. Lo empezó la poesía y le siguió la imagen




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Las respuestas de Scarlatti

e interpreta John Williams.

Hoy contesta Scarlatti

e interpreta Andrés Segovia.

Coaching Mágico V

¿Por qué mágico?

Lo mágico es la manera de viajar por el país de los sueños y  de lo desconocido que nos influencia mucho más de lo que pensamos y muchas veces porque apenas le prestamos atención. El coaching mágico se caracteriza porque utiliza el simbolismo como herramienta de acercamiento y porque plantea una actitud mágica, sorprendida ante el misterio de la vida. Hay cuestiones que no podemos controlar, en las que un símbolo puede servirnos de más ayuda que miles de palabras, en las que es mejor que intervenga el inconsciente y no el consciente, en las que podemos confiar en lo desconocido, en las que los rituales mágicos pueden ayudarnos a enfocar nuestra energía, en las que podemos encontrar nuestra medida de las cosas escuchándonos y haciendo servir nuestra voz interior, nuestra intuición.  También porque  nos acerca a lo más profundo que hay en nosotros, no necesita de una persona que realice el papel del entrenador externo y porque nos contempla a cada uno de nosotros desde tres áreas muy interrelacionadas:

  1. el alma
  2. el espíritu
  3. el cuerpo

Para acercarse al alma, se sirve directamente de la simbología a través de cuentos tradicionales, de leyendas y de imágenes cargadas de valor simbólico.

Para tratar al espíritu, se sirve de la fuerza mental que cada uno posee y que desde hace siglos se practica en forma de ritual mágico.

Para tratar el cuerpo, se sirve de las aportaciones de muchos métodos como la fitoterapia, la cromoterapia  y la aromaterapia, etc. que trabajen una sensación o una zona determinada del cuerpo. 

Coaching Mágico IV

Si desarrollamos nuestro potencial y lo encauzamos para lograr hacer cosas que antes no éramos capaces de realizar, el periodo de entrenamiento habrá cumplido su objetivo. En el coaching no se enseña sino que se ayuda a aprender. De nada sirve que un entrenador, por ejemplo físico, llegue, nos dé una lección sobre los principios del golf y nos entregue unos palos. De nada sirve que hagan un pastel delante de mí sino me dejan ver y probar. Si soy un mal estudiante y tengo la suerte de que me paguen muchas clases de repaso y a pesar de ello no obtengo mejores notas, es que hay algo más que entorpece mi capacidad natural de aprender. Puedo hacer miles de dietas y nunca conseguir bajar de peso (si no hay ningún tipo de cuestión física que influya en ello) así que si quiero conseguirlo, las medidas han de ser otras. Los anteriores son ejemplos de situaciones en las que el coaching puede intervenir. 

IX Preguntando más

¿Pero cómo vivió el Doctor Jung esta experiencia? Como cualquier persona racional que cree que se está volviendo loca, obviamente. El miedo a volverse loco también le llegó a él como a muchas, muchísimas personas que he conocido. Esta sensación de una cierta locura que como un mar negro nos tragará es más común de lo que parece. Se trata muchas veces de la llamada del inconsciente, siempre poderosa.

¿A qué se debe? ¿Qué significa?  Quizás seamos una fuente de creatividad que no ha sido canalizada. Quizás nos ha llegado la hora de escuchar a nuestra alma que es la que se ahoga. Quizás estemos conectados con el destino de la humanidad. No es un fenómeno que resulte extraño a los animales. Se sabe que antes de un desastre los animales lo “presienten” y se comportan de manera diferente. Si los animales pueden estar cerca de este tipo de sensaciones de alarma que nos ponen en guardia frente a un hecho catastrófico es porque tienen la suerte de no repetirse mil veces que eso es una tontería o que lo lógico es otra cosa. Compartimos con ellos esta capacidad de defendernos si nos escuchamos. ¿Cómo  se sentía el Doctor Jung? ¿Cómo reaccionó? Nada mejor que observarlo desde su propia versión de los hechos:

“-A su tercera repetición, el sueño llegó a inquietarme en el más alto grado. Justamente preparaba una comunicación sobre la esquizofrenia para el congreso de Aberdeen y me decía: «¡Hablaré de mí mismo! Probablemente me volveré loco después de la lectura de la comunicación ... ». El congreso tenía lugar en julio de 1914: exactamente en el período en que en mis tres sueños me veía en los mares. El 31 de julio, inmediatamente después de mi conferencia, me enteré por los diarios de que la guerra acababa de estallar. ¡Por fin comprendía! Y cuando al día siguiente el barco me dejó en Holanda, no había nadie más feliz que yo pues sabía que no estaba loco. Ahora estoy seguro de que no me amenazaba ninguna esquizofrenia. Había comprendido que mis sueños y visiones procedían del subsuelo del inconsciente colectivo. Sólo tenía que trabajar para profundizar y dar validez a este descubrimiento. Y es a lo que me dedico desde hace casi cuarenta años...”[1]

 



[1] Extracto de El Vuelo Mágico, por Mircea Eliade 1ª Edición: "Rencontre avec Jung", en Combat, 9 de octubre de 1952

 

VIII Preguntando

¿Has tenido alguna vez un sueño muy real, tan real que cuando despiertas pasan unos terribles eternos  segundos durante los cuales no sabes dónde te encuentras ni qué estás haciendo? A veces el inconsciente nos envía mensajes tan poderosos y sufrimos tal impacto que nos cuesta volver al lado consciente. A algunas personas les sucede más a menudo que a otras. A unos pocos esto  les pasa sólo una vez en su vida. No se trata de magia ni de premoniciones extrañas. Se trata de un viaje a nuestro inconsciente. Un viaje que algunos hacen a pie, otros en tren, ciertos en avión supersónico y unos pocos en metro cada día varias veces. El regreso de un viaje de tales características se asemeja a  cuando volvemos de las vacaciones o de un fin de semana maravilloso y aún lo conservamos en nuestra cabeza, sin ganas de volver a nuestra cotidianeidad.

 Pero el inconsciente es mucho más poderoso que un fantástico fin de semana. A veces nuestro consciente se resiste a la información que nos llega y quedamos por unos segundos atrapados entre los dos. “Despierta, despierta”, sería que lo se estaría diciendo a sí mismo el Doctor Jung en el tren. Seguramente escrutaría el lugar en el que se encontraba, por si pudiera notar que alguien más en el vagón se hubiera dado cuenta de algo, de lo que fuera, de algo, simplemente de algo. Pero nada. ¡Sería una alucinación! ¡Un sueño más que analizar! Lo más extraño de todo esto es que tres meses más tarde y en el mismo túnel, Jung volvió a “quedarse dormido” y tuvo la misma, la mismísima “alucinación”. Entonces comenzó a preocuparse. Estaba convencido de haberse vuelto psicótico o esquizofrénico (en palabras de la época).